Una mayor conciencia del cambio climático, pero sobre todo factores como la pandemia que vivimos, han impulsado a miles de personas a optar por la micromovilidad, es decir, por medios de transporte individuales. Este tipo de transportes evitan contagios y dejan una huella de carbono mucho menor. Ante esta realidad, gobiernos nacionales y de todo el mundo han tenido que trabajar a marchas forzadas para proveer vías con un mínimo grado de seguridad para el tránsito de estos vehículos, dada su gran vulnerabilidad ante vehículos más pesados.
La realidad es que la micromovilidad llegó para quedarse y crece a pasos agigantados, lo cual representa un problema de seguridad para sus usuarios. Por ello, abrimos este 2023 con un artículo en el que analizaremos los peligros que enfrentan quienes han elegido este tipo de movilidad, para y tomar las precauciones debidas en cada caso.
La bicicleta es uno de los medios de transporte más flexibles, ya que es económica, vigorizante y ligera. Además, es el medio óptimo para recorrer distancias menores a 10 km, puesto que hay un equilibrio entre sus ventajas ecológicas y la velocidad de desplazamiento.
El Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México define como ciclista a todo conductor de un vehículo de tracción humana a través de pedales. En esta categoría también entran las bicicletas eléctricas y todo medio de transporte impulsado por un motor eléctrico cuya velocidad no rebase los 25 km/h.
La OMS estima que alrededor de 270,000 peatones mueren en las vías públicas de todo el mundo cada año. A nivel mundial, las personas que caminan a los mercados, las escuelas y sus trabajos, o que salen a dar un paseo y por desgracia no vuelven a sus hogares, representan 22% de todas las defunciones en accidentes de tránsito, un número que puede elevarse al 66% en algunos países. A estas incidencias habría que añadir, desde luego, los millones de transeúntes que sufren traumatismos en eventos similares, muchos de los cuales se traducen en discapacidades permanentes.
El simple hecho de caminar constituye una forma de micromovilidad, e incluye los riesgos asociados al peor enemigo del peatón: el transporte motorizado. El principal factor de riesgo de un peatón que sufre un incidente con un automóvil es la velocidad a la que éste transita. En un importante estudio que llevó a cabo, la OMS refiere que un peatón arrollado a una velocidad de hasta 30 km/h tiene una probabilidad de supervivencia del 90%. No obstante, a 45 km/h esta cifra baja al 50%. Tal fenómeno no sólo tiene que ver con la fuerza del impacto, sino también con las variaciones en la capacidad de reacción del conductor, ya que se calcula, por ejemplo, que un automovilista que se desplaza a 50 km/h recorrerá alrededor de 36 metros antes de detenerse por completo.
Por lo demás, los riesgos que corre el peatón están íntimamente relacionados con la mayoría de los peligros asociados a la conducción de cualquier tipo de vehículo, primordialmente las distracciones causadas por el celular, y caminar alcoholizado, dada la disminución de capacidades intelectuales y motrices que conlleva este estado.
Condiciones climáticas. Desprovistos de la calefacción del automóvil, los transeúntes, los ciclistas y, en general, todos los ocupantes primarios de la vía están expuestos a condiciones climáticas adversas como la lluvia, el frío o el calor extremo, que pueden provocarles un resfriado, hipotermia o insolación.
Poca visibilidad. Caminar, andar en bicicleta o desplazarse en un patinete por la noche o bajo un cielo nublado dificulta la movilidad por partida doble: los automovilistas se percatan menos de la presencia de peatones y ciclistas, y se hace más difícil ver los obstáculos en el camino, como coladeras abiertas, baches o desniveles.
Asaltos. Si bien los ciclistas o los usuarios de patinetes sufren menos asaltos que los automovilistas, no son inmunes a ellos ni al robo sin violencia. Una bicicleta mal aparcada o un patinete desatendido pueden desaparecer fácilmente.
Si has optado por la micromovilidad, o echas mano de este recurso con frecuencia, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Fuentes:
http://data.sedema.cdmx.gob.mx/sedema/images/archivos/movilidad-sustentable/movilidad-en-bicicleta/manual_ciclista_urbano.pdf
https://www.gob.mx/comisionambiental/articulos/que-es-la-movilidad-sustentable?idiom
https://www.itdp.org/wp-content/uploads/2019/11/The-role-of-ebikes-and-e-scooters-in-Mexico-City.pdf
https://www.ssc.cdmx.gob.mx/storage/app/media/Transito/Actualizaciones/Reglamento-de-Transito-CDMX.pdf
https://www.medigraphic.com/pdfs/actmed/am-2020/am203i.pdf